Los pueblos que integran Urumea Arnastu, han gestionado de diferente manera, durante años, la riqueza de río Urumea. Para uso doméstico, la ganadería, la agricultura; para mover molinos o para trasportar por el río material férreo, son unas de las funciones que ha desempeñado el Urumea.
Como huella de su pasado industrial, hoy día podemos encontrar restos de molinos y ferrerías en la cuenca del río, junto con azudes y otros restos antiguos. Hoy en día las minicentrales eléctricas y presas como la de Añarbe, son las infraestructuras que más agua detraen de la cuenca.
Real Fábrica de Armas de Fagollaga (Ereñozu)
Junto a la actual casa de Fagollaga, pegada a la carretera, una torre de piedra adornada de vegetación nos da la bienvenida a la Urumea más industrial. Aquí se situó primero la ferrería y, más tarde, la fábrica de cemento hidráulico de Fagollaga. En la actualidad las instalaciones albergan una mini-central hidroeléctrica. La torre mencionada anteriormente corresponde a la fábrica de cemento.
En 1750, gracias a la intermediación del Marqués de Eusen, las ferrerías de Fagollaga, Ereñotzu y Pikoaga se comprometieron a abastecer al Ejército Real. Con las subidas de las mareas, conseguían transportar el material hasta San Sebastián y desde allí exportarlo a toda España y a puertos europeos. Desde Francia, Inglaterra u Holanda acudían compradores de las famosas armas de Hernani. A mediados de siglo XIX, debido a los repetidos fracasos de la corona Española se restringieron los contratos y la fábrica tuvo que cerrar.
Los restos de la fábrica apenas se aprecian en la estructura de los edificios actuales. Al parecer, al construir la actual carretera se demolió la nave principal, pero sobrevivieron las casas de los trabajadores, las oficinas y la escuela.
Centrales hidroeléctricas (las podréis encontrar a lo largo del Urumea)
Gracias al aprovechamiento de la fuerza de las aguas del Urumea se consigue obtener energía eléctrica. A lo largo de la cuenca del río existen diferentes centrales hidroeléctricas. Hoy en día no quedan muchas en funcionamiento y sólo se pueden contemplar sus restos. No es el caso de la de Añarbe, que además ofrece visitas guiadas por sus instalaciones.
Fábrica de Latse (Ereñozu)
A la salida de Ereñotzu, entre los kilometros 6 y 7 encontramos los restos de la fábrica de Latse. Creada en 1887, la fábrica de Latse producía alcohol, vinagre, alquitrán y carbón. La mayoría de los trabajadores eran del mismo barrio de Ereñotzu y llegaron a ser 26 trabajadores. Tras 97 años en funcionamiento tuvo que cerrar sus puertas.
Los dueños de la fábrica levantaron la casa para los trabajadores que hoy día se mantiene con el mismo nombre.
Aunque el estado del edificio de la fábrica no sea muy bueno, desde la carretera se puede ver fácilmente una larga chimenea.
Las viviendas construidas para los trabajadores, en cambio, siguen siendo destinadas a vivienda de los descendientes de aquellos trabajadores. Junto a este edificio, esta la villa de los señores de la fábrica, vacia, obsoleta y precintada. En su fachada sobre un balcón puede leerse «Puig 1919 Latxe»
Minas y central de Etxolaberri (Ereñozu)
En el entorno natural de Urumea Arnastu la naturaleza ha condicionado siempre el desarrollo de la industria y ejemplo de ello son las minas y la central de Etxolaberri.
Una vez pasado Ugaldetxo, y en el primer cruce a la derecha, llegaremos al caserío de Olazar y desde allí llegaremos a Etxolaberri. Destaca el puente de Etxolaberri, que aunque sea muy antiguo no se ha llegado a datar con exactitud. Desde el barrio de Pagoaga o el caserío Iyolaberri también podremos llegar.
Fundición de Goizarin (Goizueta)
En la Edad Media la colegiata de Roncesvalles era dueña de casi todo el Urumea y, por tanto, de sus riquezas: el agua, las ferrerías y, el más importante, el carbón. Así fue durante siglos y siglos y la ferrería de Goizarin y el carbón de los bosques de alrededor eran alquilados a hombres que trabajaban las ferrerías.
Había fundiciones pequeñas y grandes. La primera extraía hierro de la mina y la segunda daba forma al hierro. Hoy día todavía se pueden ver el molino, el puente viejo y el nuevo, la casa de los trabajadores y la presa.
Las nuevas técnicas de sigloXIX hicieron que la forma de trabajar de hasta entonces no fuera rentable, por lo que fueron cerrando las diferentes ferrerías.
Para llegar hasta la fundición, dejaremos el coche en Ardiurdiñeta y siguiendo el sendero que se dirige a Artikutza llegaremos sin problemas. Es adecuado para hacerlo en familia.
Ferrería de Elama (Goizueta)
Esta ferrería, que toma su nombre del río Elama, se situada cerca de la ferrería Goizarin , entre las dos había un horno de fundición. Las vías que aparecen junto a la pista que une las dos ferrerías hace suponer que desde este lugar salía el tren.
Las ferrerías de Artikutza aparecen documentadas desde el siglo XIV. Bajo el nombre de Anizlarrea, junto con otros parajes de Goizueta, contaba con cuatro ferrerías hidráulicas, todas ellas propiedad de la Colegiata de Roncesvalles.
En la ferrería trabajaban entre 4 y 5 operarios además de otros gremios como los carboneros. También realizaban materiales para la construcción como ladrillos o tejas. Aún hoy podemos encontrar numerosos vestigios de aquellas instalaciones.
Mención especial merece el tren que construyeron para transportar el mineral de Elama a Rentería (Gipuzkoa) entre los años 1898-1918.
Ferrería de Ibero (Goizueta)
Ibero en un conjunto de edificios de la edad media, el caserio, la casa-torre, la ferreria, el puente y el canal son unos de los edificios que encontramos hoy dia. Hasi se puede apreciar la importancia que tuvo en su día. En la mitad de este maravilloso entorno se encuentra la casa-torre cuadrada.
(1429)”…Como en el mes de septiembre del ayno MCCCCXXIX en la entrada de los ypyzcoanos finieron en nuestras dichas tierras de Goyçueta eta Anizlarrea por causa de la guerra indicta que el Rey de Castiella nos ha fecho en el dicho aynno quemaron et destruyeron la dicha villa de Goyçueta con todos los trullares, cubas et pomada, arquas, armarios et con todos los otros osteillamientos que dentro seyan. Et que assi bien quemaron las ferrerias de Ybero et la ferreria llamada Necue con queatro o cinquo casas cubiertas et con grant summa de mina eta carbon eta con todos los otros bienes muebles et ferramentos que tenian en las ferrerias de Cebolla, Alduncin, Hellama, Articula, Ollaberria eta Arrambide. Et que por causa de la dicha guerra no a benido persona alguna en aqueillas son caidas, rompidas et esbaratadas las ruedas, las pressas et antiparas de aqueillas. Por la quoal cosa son devenidos en grant miseria et pobredat.”
Molino de Goizueta
El molino de Goizueta es el único molino que aún permanece intacto.
Molinos de Arano
Los dos molinos de Arano (el de arriba y el de abajo) conservan el encanto de la vegetación que les aporta el arroyo que pasa junto a ellos. El camino para llegar a ellos tiene mucho encanto, se puede partir desde el mismo centro de Arano y descender por el barrio de abajo. Pasaremos por la poza de “Lamiosin”, donde según la leyenda vivían "lamias" (seres mitológicos vascos que en su mitad superior tienen forma de mujer y los pies de ave).
En la postguerra estos molinos tuvieron un protagonismo e importancia especial, ya que en Guipúzcoa los molinos estaban clausurados y la única manera de moler el cereal era pasando la frontera y usar los molinos de Arano.